Champagne vs Vino Espumante.
La palabra champagne, si bien es una denominación de origen, que corresponde a dicha región de Francia, está establecida en el inconsciente colectivo para denominar aquel vino gasificado por procesos naturales.
Hay quienes están en contra de esta denominación de origen (D.O), pero la realidad es que en el mercado esta bebida aparece con este mismo. De alguna manera hace referencia a su método de elaboración y sus orígenes como bebida.
Las uvas para su elaboración son chardonnay, pinot noir, pinot meurier, aunque en Argentina también se utiliza torrontés, chennin blanc o Semillon. Originalmente la cosecha de la uvas se hacían de manera manual para no dañar la piel y evitar manchas tintas en el mismo; a esta primera prensada es a lo que se denomina cuvee, porque es de mayor calidad. Y aunque hoy todas las champañas derivan de mezclas de vinos, la denominación cuvee, refiere a aquella de mayor calidad elaborada con mayor cuidado y calidad.
En la actualidad el proceso es igual a la elaboración de cualquier vino blanco (pero la uva se cosecha antes de su madurez optima), una vez terminada la fermentación del mosto se suele clarificar y estabilizar. A esto lo llamaremos “vino base”, al cual se le agregan azúcar y levaduras para lograr la “2nda fermentación”, se embotella y se le coloca un tapón provisorio. Esta 2nda fermentación producirá alcohol y gas carbónico.
Se necesita más de 1 año para terminar esta fermentación, mientras más lenta, y más pequeñas sus burbujas, mayor calidad.
Estas botellas son colocadas en pupitres, que son movidos minuciosamente, para que decanten borras y residuos que luego se eliminaran mediante diferentes procesos.
Por ultimo las botellas pasan por una máquina, donde se le agregara licor de expedición (solución de azúcar y alcohol), de acuerdo al tipo de champagne que queramos conseguir (extra brut, brut, sec, demi sec, dulce).
El 2ndo método de elaboración es el método “charmat”, menos artesanal y más industrial que la tradicional. La gran diferencia radica en que la fermentación no se realiza en botella, sino en grandes barricas. Este proceso puede llevar apenas unas semanas, lo que explica la diferencia de calidad y pecio.
Los vinos espumantes (vino gasificado), se han incorporado al mercado, buscando un producto de menor calidad, mayor rentabilidad, apuntando básicamente a un público más joven.
En este caso se parte con un vino base al que se le hace adición de un jarabe azucarado y luego se gasifica.
Si bien no podemos compararlos, la única similitud es la presencia de gas y las burbujas del segundo son notoriamente mayores y de menor permanencia.
